domingo, 16 de noviembre de 2008

Aturdida



Desorientada,

con la mente extraviada en alguna partícula ajena,

con los labios pidiendo néctar en lugar de bruma,

busco,

como quien escudriña aquello que nunca vio,

de un modo tan impreciso como mis convicciones.


Destrozada,

por los rigores de las decepciones,

por las carcomidas esperanzas rancias,

quiero,

lo poco que se me permite pretender de esta vida,

lo que cada mano esté dispuesta a extenderme.


Remendada,

por los afectos tan puros de los que rodean mi alma,

por las fuerzas sedimentadas que dieron firmeza a mi suelo,

nazco,

para darme lo que debo y anhelo,

para no vivir de tu recuerdo, de lo posible, del jamás.

0 Comments:

Post a Comment



"Comprendí que el trabajo del poeta no estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuera admirable..." (J.L.B)