lunes, 28 de diciembre de 2015

XXX

Ese canto,
aquel que a la vida se enarbola,
pendula sobre la inocua serenidad.


Calma el arrojo dispar,

y el hambre,
afán voraz.


Bruma matinal,

espuma de oleaje asoleado,
aroma a eucaliptos surcados por alfileres de luz.


Así, vívido y pasajero.

Así, imprevisible y simple.


Brota, mana, fluye...

Liberta, transcurre, anda...







XXIX

Lengua que,

dividida de tensiones,


se desarma por abrazarte en palabras.




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"Comprendí que el trabajo del poeta no estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuera admirable..." (J.L.B)