domingo, 24 de enero de 2010

Enero

Ramos de laureles secos
y calas empantanadas
se arremolinan en tu mármol cálido.

No hay ya rumores de retornos,
ni dentro
ni fuera de mi craneo limitado.

Hoy,
ahora,
sólo resta la imagen ilusoria de lo que quizás fue
(no tengo la certeza)
y de lo que no será.

Una hoja del laurel se desprendió,
para acompasarse con el viento,
flota seca,
fluye despacio hasta que se arremolina
y el curso continua.

La victoria es libre,
y ,
vitalmente muerta,
cae.

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"Comprendí que el trabajo del poeta no estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuera admirable..." (J.L.B)