jueves, 7 de noviembre de 2013

XXIII




Pasos
Suaves
Pasos

Me desabrocho la piel,
la dejo caer pesada y sucia de mí,
y me paro ante tus ojos indolentes
a tórax abierto.

Pero es ahí,
en la secesión de la vida y los huesos,
que deseo una daga que me surque.
Para no pensar en lo que será volver a mi envoltorio,
y a las calles.
Sabiendo que sabés,
que ME sabés,
débil y muscular.




1 Comment:

  1. Jorge Curinao said...
    Y aquí me quedo, lejos de todo, un paso.

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"Comprendí que el trabajo del poeta no estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuera admirable..." (J.L.B)