lunes, 13 de septiembre de 2010

L. Nada A.




¡Hasta nunca!

Su desencanto lo había llevado a despedirse,

depresión que encarna en pena.

La bala lo había hecho trascendencia

y las carrozas de fuego lo llevaban al progreso.

La traición había enceguecido sus noches,

como la tapa del ahora ataúd funesto.

Su vida había sido ajena, de tantos otros,

su muerte tan propia como el horror.



¡Hasta luego!

Se saludó con la última lágrima de tristeza.

Mantenía la esperanza de que alguien levantase su pañuelo.

Los fantasmas de las sombras no espantarían su firmeza

ante los altos enigmas de la vida.

Las boinas aun persistían en algunas cabezas intransigentes.



¡Hasta siempre!

Ruge su sangre liberada,

con el anhelo de que algún joven evoque sus barbas,

de que su lucha llegue a los más nobles corazones.

Deja un beso en nuestras frentes para que las conservemos puras.

Su buena política sólo se concibe con patriotismo, con amor.



¡Qué se quiebre pero que no se doble!

1 Comment:

  1. Doamna care plânge said...
    :) lindo blog!

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"Comprendí que el trabajo del poeta no estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuera admirable..." (J.L.B)