lunes, 21 de febrero de 2011

Cara/Ceca



Aludes de agua corren cráneo abajo
sin tocar los indisolubles aceites de tus ideas, mármoles.
El caudal saquea las razones,
sedimenta improbabilidades.

Cómo,
Para qué,
Por qué,
Respuestas sosegadas escarban miradas agrestes,
aturden los confusos murmullos chirriantes.

Nadas y todos en guerras medievales rivalizan desde fortalezas
tan rudimentarias como las voluntades eternas.
Martillos y plumas frente a siniestras victorias,
universos imaginarios contra dioses vengativos,
ilusiones y delirios contrapuestos a neuronas y evidencias.

El vapor se libera por la ebullición,
pero se resiste a abandonar su esencia líquida.
El frágil cordero cree engañar al lobo con sus alas,
tiernas, endebles.

Las simbiosis desbaratadas buscan acilo en mí,
centinela desvelada sin antecedente concreto,
entre limosnas de presencias
que cubren cegueras y necedades.





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"Comprendí que el trabajo del poeta no estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuera admirable..." (J.L.B)