miércoles, 14 de mayo de 2008

20 años


---Llega a la escuela, mira la fila y resopla. Sin más remedio, se dispone a esperar. Piensa solamente en el sueño que tiene y bosteza, anoche el insomnio lo liquidó, no sabe que hacer para recuperar la plata, mañana va a llamar al abogado.

---Dieciocho años, tenía todos los nervios y miedos propios de la primera vez, la excitación por lo nuevo, un derecho que se convertía en una aventura. Estuvo desvelado toda la noche, se sentía un poco entupido, pensaba que no era para tanto, pero por otro lado, se daba cuenta de la dimensión de lo que ocurriría al día siguiente, y era alucinante. A las siete y media de la mañana fue acompañado por su padre al comercial.

---La hilera de personas no avanza y se hace el mediodía, Andrea lo está esperando con la comida lista y los padres deben estar ya en la casa. Otro problema pasa por su cabeza, “no sale la jubilación del viejo y tengo que darle guita para que se manejen, justo ahora que no tengo un mango partido al medio”. Con otro suspiro profundo, que llama la atención del chico de adelante, sigue esperando.

---Tenía el documento como nuevo gracias a la funda que le había comprado la madre, siempre lo llevaba con él por las dudas que se lo pidieran en la calle, y eso lo iba desgastando. Lo llevaba en la mano, todo transpirado por las ansias de entrar al cuarto oscuro. El voto ya estaba decidido, había conversado con varias personas que él sabía que entendían del tema, porque de política no se hablaba con cualquiera, además tampoco creía que fuera conveniente que se supiera que a él le interesaba.

---No sabe a quien va a votar, le da lo mismo, para él son todos iguales, considera que no hay ni habrá cambios de la mano de todos esos “corruptos que vendieron el país”. El gendarme lo hace pasar y la fila sigue adentro. Los fiscales y las personas que ya se sacaron el peso de encima, desfilan por al lado de él y eso lo fastidia.

---Habían empezado a llegar los presidentes de mesa, el corazón se le aceleraba y media hora después empezaron a entrar los madrugadores. Él pensaba como debía comportarse, no quería demostrar la euforia contenida por los años que un país entero esperó ese momento. ¿Debería llegar y dar el documento instantáneamente o debería presentarse y esperar a que se lo pidieran? Por las dudas le preguntó al papá que, no menos alegre que él, tenía más comicios en su historia.

---Se acuerda del enojo de anoche, cuando le dijo al “viejo” que no lo pensaba llevar a votar. No entiende porque tiene tanto patriotismo encima, cómo se creyó ese verso que les metieron tantos años en la cabeza. Su padre pasó los setenta años y con el tiempo fue perdiendo la visión, no puede manejarse solo, distingue formas y colores pero necesita que lo acompañen para hacer tramites o, justamente, votar. Él no tiene ganas de andar dando vueltas con el “viejo”, quiere liberarse de esto e irse a la casa pronto. Se arrepiente de no estar en este momento a más de 500 kilómetros.

---Lo hicieron pasar, sentía un hormigueo en el estomago que terminaba en la punta de los dedos. Había perdido el pulso y le temblaba la voz. Por suerte el padre le dijo que, para que aprendiera, votaba primero y después lo esperaba en la puerta. Eso lo tranquilizó un poco, pero no lo suficiente para que el documento no pareciera una hoja raquítica tiritando.

---Pasa el joven que está delante de él, y le piden que dé su nombre, lo dice, el presidente de mesa grita el número de orden y los fiscales anotan a la par suya, firman el sobre y se lo dan. Él espera con fastidio.

---Llamaron al padre y miró cada detalle para saber que hacer. Observó que el que estaba a cargo de la urna tampoco sabia demasiado del tema, que estaba tan nervioso como él. La autoridad de mesa aparentaba unos 25 años, probablemente también era su primer sufragio.

---Sale el chico que estaba delante de él en la fila, lleno de aros y tatuajes, él no puede evitar rebajarlo con la mirada, y entra al aula. Mira las boletas, y con mezcla de odio e impotencia, toma la del oficialismo, la destroza, sin que la parte superior quede entera, no quiere que su voto pueda ser contado. Embute ese picadillo en el sobre y sale.

---Le pidieron los datos, lo marcaron en el padrón y le dieron un sobre. Entró y fue derecho hacía la lista que él sabia que votaría, dobló la boleta sabana y selló el sobre con la lengua. Analizó el escenario, sonrió y salió. Depositó el sobre en la urna y todos los fiscales lo aplaudieron por ser su primer votó. Él estaba feliz, tomó el documento y siguió a su padre hasta la puerta.

---Mete el sobre en la urna y sale de la escuela apurado. Cuando está en la puerta se da cuenta que olvida el documento, rezonga y vuelve a la mesa. Se lo dan sin decir una palabra. Mientras camina hacia la salida, revisa, y está bien, el 11º sello en la anteúltima hoja.

2 Comments:

  1. Anónimo said...
    hola cari!!! espero q te acuerdes de mi jaja, por las dudas me presento de nuevo, me llamo carlos!!jaja..si sos la autora de todos los cuentos q mandaste en el mail de hoy sos re grosa!! me intereso el primero, mi experencia no data del mismo nerviosismo, era una suerte de impotencia saber q con el voto mio no va a salir adelante un pais, necesitaba q me afirmaran q todos iban a ser inteligentes a la hora de entrar al cuarto e iban a dejar de lado muchas cuestiones q solo eran de interes personal. por lo tanto mi voto tambien fue nulo, por un momento quise desprenderme de toda responsabilidad y ver como todos caen en sus propias falsas versiones. El de gabriel saez fue muy groso, la soledad es fea, o sera q la conzco muy poco. pero como pusiste en un cuento 'la distancia es la mejor aliada de la resistencia'
    espero q haya sido una critica de las q esperabas. y por las faltas al escribir no espero ninguna critica jaja.
    me paree q te habia contado q no leo ningun mail, este abri y no me arrepiento, se alimento mi cerebrito. besos!!! suerte y espero mas de esto!!
    Daneri said...
    No creo en el sufragio como elemento de participación. Más bien es el sustento de la perpetuidad de una democracia delegativa. Un paliativo de esperanzas vacuas. Aun así, voto. Y nunca gana el que voto. Y si ganara una* izquierda? que pasaría?
    *"una" xq en La Argentina hay muchas.
    Lo cierto es que el país sigue sangrando 30.001 pérdidas que dejaron mella de miedo a los hijos de la democracia y campo orégano a los hijos de puta.
    Llegué aquí respondiendo tu visita.
    Lindo texto y lindo blog.
    Un saludo, paso pronto.

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"Comprendí que el trabajo del poeta no estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuera admirable..." (J.L.B)