jueves, 28 de junio de 2012

XIII

La nubosidad mezquina seduce
decayendo con caricias
sobre las paredes rugosas,
erguidas de posteridad.

Junto al idilio de la torre,
el soplo de hielos enceguecedores
cubre las cumbres pidiendo distancia,
exigiendo admiración.

Al sur del sur
los restos de naturaleza pigmentada
tributan la blancura ciclópea,
lo remoto e impreciso.


1 Comment:

  1. Anónimo said...
    Qué gusto leerte, hermosos paisajes, bellísimas letras... Un saludo!

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"Comprendí que el trabajo del poeta no estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuera admirable..." (J.L.B)